Que pocas y simples cosas son necesarias
para descubrir la felicidad
en un breve momento juntas,
un helado,
una caminata de la mano,
y sentarme en la "placita cerrada de los niños"
a verte jugar.
Los auriculares en los oídos,
la música que se desgrana,
la brisa que me despeina
y mi pequeña...
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Alejo
Ya no necesito inclinarme para hablarte,
tus ojos están a la misma altura que los míos...
(aunque no hace falta mucho esfuerzo
para llegar a eso)
mi muchachito...
¡cuánto has crecido!
tus ojos están a la misma altura que los míos...
(aunque no hace falta mucho esfuerzo
para llegar a eso)
mi muchachito...
¡cuánto has crecido!
Arrorró
En la penumbra de la habitación se insinúa
su cabecita reclinada sobre mi hombro,
su manito jugando con mis dedos...
- Cantame, me dice.
Y le canto...
su cabecita reclinada sobre mi hombro,
su manito jugando con mis dedos...
- Cantame, me dice.
Y le canto...
Y de pronto ya no es mi habitación,
ya no es mi cama,
y la voz que me llega a través de los años
es la de la abuela Rosa...
"Hay santa María,
¿porqué llora el Niño?
Por una manzana
que se le ha perdido.
Véngase a mi casa,
yo le daré dos,
una para el Niño
y otra para vos"...
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